jueves, noviembre 24, 2005

Leonardo da Vinci 001/ Leonardo...el anatomista.

Síntesis / Ni sus pinturas, ni sus dibujos, ni siquiera sus ingenios mecánicos concebidos para tantos propósitos, ya fuera para la lucha bélica, la ingeniería hidráulica, la navegación o el vuelo, pueden compararse con la verdadera genialidad, la audacia… la visionaria incursión de Leonardo da Vinci en el estudio de la anatomía.



“Erase una vez, un hombre que podía mirar el mismo fenómeno o el mismo objeto, ya como pintor, ya como naturalista, como físico o como poeta; y ninguna de estas visiones era superficial.”

Paul Valery


>En la oscura planta baja del hospital de Santa María Nuova de Florencia, un joven sostiene pacientemente una lámpara de aceite maloliente. Bajo la mortecina luz del farol y la mirada atenta del muchacho, una mano experta realiza detallados dibujos sobre unas hojas de pergamino. El lápiz de carboncillo se desliza con maestría para mostrar con exactitud el interior del cuerpo inerte de una joven mujer, que yace sobre una superficie de mármol blanco.

A medida que el dibujo avanza, la misma mano realiza unas anotaciones misteriosas. El joven ayudante no puede dejar de notar que la escritura es extraña, invertida, como escrita en códigos secretos...

Cierta inquietud asalta al muchacho, y mientras el cansancio le obliga a cambiar de mano la lámpara, piensa si acaso los rumores sobre herejía que se dicen de meser Leonardo da Vinci no serán verdad ... Y mientras reflexiona en ello, con estremecimiento, observa que la mano del maestro cambia, nuevamente, el lápiz por el escalpelo, y la hunde delicadamente en la carne muerta...

La disección de cadáveres no era una idea nueva, pero seguía siendo un hecho cuestionable desde el punto de vista religioso, aunque no de modo tajante. El estudio de la anatomía ya había sido abordado con fines artísticos, antes del siglo XV, para comprender la naturaleza de los músculos y su expresividad. Los artistas, siempre ansiosos de dibujar con precisión, buscaban reproducir el cuerpo humano con gran veracidad, y tal realismo en la representación artística alcanza con los ideales del Renacimiento, su máximo propósito.

Si bien en un principio estas prácticas eran clandestinas, poco a poco fueron moderadamente más abiertas. Antes que Leonardo, y también después, variados artistas incursionaron en los estudios anatómicos: Donatello, Miguel Ángel, Rafael, Pallaiolo entre otros.

Pero entonces ¿en qué consistía la originalidad del trabajo de Leonardo?

Fundamentalmente, en que desarrolló una metodología personal excepcional, llevando a cabo una observación sistemática, un análisis comparado y un registro ilustrativo fiel de la realidad. Leonardo fue sin duda el primer científico. El primer investigador, con las cualidades de un hombre de ciencia y un artista juntos. Esta feliz conjunción es la principal diferencia, y el mayor valor agregado, de toda su obra. Y si bien el maestro estudió de cerca el cuerpo humano, no se contentó con obtener sólo una experiencia artística, sino que fue más allá, a hacerse preguntas fundamentales acerca del origen de la vida y de los mecanismos que la hacían posible.

Por ello realizó una detallada transcripción de sus trabajos nocturnos. Notables son sus dibujos, pero más interesante la forma de presentar el cuerpo humano. Leonardo exhibe partes de la anatomía humana de forma muy imaginativa. Las ilustraciones muestran perspectivas inusuales y puntos de vistas novedosos, pues sus dibujos están pensados tridimensionalmente. Así, por ejemplo, presenta una sección del cráneo con cortes en ángulo, para mostrar simultáneamente los planos horizontal y vertical de una vista interior, como lo haría hoy un scanner de tomografía computarizada. En otros dibujos, muestra el movimiento del brazo o el giro de la cabeza en diferentes fases de espacio y tiempo, con lo cual se puede apreciar en la articulación, los músculos y los tendones que intervienen en la acción. Esta visión entrega, por lo tanto, no sólo la forma estática, sino también la dinámica de un miembro en particular, con un sentido visual y pedagógico que es constante en su modo de trabajo, y que se refleja en la mayor parte de su obra.

- La ciencia en la época de Leonardo.

En el tiempo de Leonardo, la ciencia y la medicina en general eran una mezcla de astrología, supersticiones y creencias pseudo-científicas mantenidas por la ciega fe en los libros de los antiguos sabios, como Galeno, Arquímedes y Aristóteles, cuyas afirmaciones y sentencias escritas eran aceptadas por los hombres de “ciencia” como ciertas, sin siquiera molestarse en comprobarlas.

La anatomía era más de lo mismo. Las ilustraciones de anatomía de la época eran más que imperfectas, irreales. Tenían muy poco o nada que reflejaran la estructura verdadera del cuerpo humano. Gutemberg llegó a imprimir, en una ocasión, un cuadro del cuerpo humano, donde se relacionaban ciertas partes del cuerpo con algún planeta. Así que si alguien se quejaba de dolores en un brazo, el médico consultaba el lienzo para saber qué planeta regía aquel miembro, y de acuerdo con la posición de ese cuerpo celeste en el firmamento, el médico recetaba en concordancia con esa información.

Por otra parte, Claudio Galeno, que vivió entre el 131-210 A.C. aproximadamente, fue un afamado médico griego de la antigüedad, el más importante después de Hipócrates. Galeno, que legó una numerosa obra escrita sobre variados temas, dejó, entre su amplia herencia histórica, un libro de anatomía, que siglos después, sería traducido y utilizado profusamente como referente incuestionable de los médicos de finales de la edad media y el Renacimiento. Si Galeno decía, por ejemplo, que la columna tenía 30 vértebras, pues entonces se consideraba que así era. Pero como deja constancia después Leonardo, con sus minuciosos estudios, comprueba personalmente que en realidad eran 31.

Leonardo da Vinci, se encontraba a menudo con este tipo de contradicciones, entre la obra existente y sus propios estudios. Sabiendo que sus investigaciones y talento para el dibujo abrían un claro en la penumbra del conocimiento de su tiempo, se abocó con pasión y lucidez en esta labor.

Aunque sus estudios no le entregaron todas las respuestas que buscaba, ni lograra unificar este conocimiento en un gran libro, como fuera su intención, su labor significó un avance invaluable para su época. Lamentablemente sus descubrimientos se mantuvieron desconocidos durante por lo menos 200 años, después de su muerte. Pero aún así, y debido a la innegable innovación que constituye su investigación se le considera, con justicia, el fundador de la anatomía moderna.

Sus investigaciones de anatomía fueron fruto de un trabajo largo e intermitente. Leonardo dedicó alrededor de diez años a diseccionar una cuarentena de cuerpos, observando, anotando y dibujando con todo detalle lo que descubría con fascinación. De su labor habla él mismo, en sus códices, como dirigiéndose a un futuro lector. Él explica la naturaleza de las dificultades que tales menesteres conlleva:

“ Y tú que dices que es mejor ver la anatomía que ver estos dibujos, dirías bien, si fuera posible ver todas las cosas que se muestran en los dibujos en un solo cuerpo, en el cual con todo tu ingenio no verás sino unas pocas venas ..., y como un solo cuerpo no dura tanto tiempo, es preciso proceder poco a poco en tantos cuerpos como sea necesario para ganar conocimiento completo; y esto lo repetí dos veces para ver las diferencias."

En otra anotación, deja claro que no cualquiera podría haber realizado un trabajo como él :

“Y si tú hubieras afición a tal cosa, serías quizás imposibilitado por estómago, y si éste no te lo impidiera, lo serías seguramente por el miedo de habitar en las horas nocturnas, en compañía de muertos descuartizados, despellejados y espantosos de ver; y si esto no te lo impidiera, quizá te faltara dibujar bien, como requiere esta representación, y aunque tengas tal habilidad, puede no ir unida a un conocimiento de la perspectiva, y si es así, te faltará el orden de la demostración geométrica y el orden del cálculo de las fuerzas y poder de los músculos; y seguramente te faltará la paciencia y no serás diligente. De si todas estas cosas han estado en mí o no, los ciento veinte libros compuestos por mí darán sentencia. No he sido dificultado por avaricia ni negligencia, sino solamente por el tiempo.”

Aparte de estas dificultades, referidas a las habilidades, se deben tomar en cuentas sus condiciones de trabajo. El rechazo generalizado de estas prácticas, la exposición permanente a los peligros de infección, la escasa luz, el hedor y la putrefacción de los cuerpos. Sea como fuere, y afortunadamente el maestro salió incólume de tales pestes.

Su trabajo están actualmente recopilados en el Códice Windsor, llamado así por que se conserva bajo la custodia de la biblioteca real del mismo nombre, en Inglaterra.

- Las técnicas de Leonardo para el estudio del cuerpo humano.

Leonardo da Vinci era esencialmente un artista y aunque sus intereses eran variados, este era el filtro principal para todo emprendimiento a que se enfocara su mente. Y es justamente esa cualidad lo que le llevó a inventar, creativamente, técnicas de disección innovadoras para realizar sus estudios de anatomía.

La verdad, es que el trabajo de un anatomista no es tan sencillo. No se trata de abrir con un escalpelo aquí, allí y allá, y desparramar los tejidos, porque al final todo puede convertirse en una sola masa sin partes distinguibles unas de otras. Hay que hacerlo con cuidado, minuciosamente, por capas, pacientemente, sobre todo si se trata de un estudio ilustrativo, como el emprendido por Leonardo.

Y en este sentido Leonardo fue muy habilidoso. Pero también cometió errores, claro, como sería normal en cualquier investigación pionera. Consciente de estos riesgos y como los cuerpos no eran tan fáciles de conseguir, adoptó los debidos cuidados. Por eso pensaba bastante antes de realizar los estudios, planificaba sus movimientos y luego pacientemente acometía sus exploraciones.
Como ya he mencionado, es a través de sus frecuentes anotaciones que sabemos muchos detalles de sus trabajos. En una de esas bitácoras, cuenta, por ejemplo, que en una ocasión (y disculpen la crudeza de relato en adelante) estaba por aserrar… un cráneo…sí, eso mismo, pretendía literalmente sacar la tapa de los sesos a un cadáver… pero, dándose el tiempo para meditar un momento sobre el asunto, se dio cuenta de que una maniobra tan brusca con la sierra, podría dañar la delicada masa del cerebro, y por lo tanto no podría saber nunca como era exactamente. Se detuvo a pensar en alguna forma de salvaguardar la noble residencia del pensamiento… Y una vez más su mente de artista le dio la solución. Tomó un taladro manual, y practicó cuidadosamente unos pequeños orificios en la base del cráneo, e inyectó cera, previamente derretida. Y cuando esta se endureció, pudo, a continuación, aserrar la cabeza por la frente sin destruir el cerebro. Luego retirando poco a poco los blandos tejidos encefálicos desde la cera, obtuvo el primer molde de los ventrículos cerebrales. Por consiguiente, podía, ahora, efectuar un vaciado y tener en sus manos la primera escultura del cerebro de la historia.

Revisando sus cuadernos, también encontramos otros retos. Fascinado por la facultad de la visión, quiso estudiar el mecanismo visual del ojo humano. Pero los ojos presentaban un problema similar al cerebro, pues se trataban también de tejidos blandos. Por ello, al tratar de seccionar el globo ocular, este se desarmaba inevitablemente bajo la acción del escalpelo. En sus notas queda su testimonio de una solución hallada por él. Leonardo, en su faceta de pintor había utilizado muchas veces la clara de huevo para dar consistencia a algunas mezclas de tinturas. Esto le llevó a una original solución. Untó el globo ocular en clara de huevo y luego lo introdujo en un recipiente donde lo coció brevemente hasta que se formó una envoltura blanca y tersa. El ojo ahora estaba listo para su estudio y podía ser diseccionado con confianza.

Bueno, a pesar de lo apasionante, no deja de ser espeluznante…es cierto. Pero aparte de lo anecdótico de sus investigaciones, Leonardo, fue un visionario.

El apelativo que se le ha dado, entonces, de científico, es justificado plenamente por su trabajo exploratorio, por aplicar, aunque incipientemente, el método de pregunta y respuesta, indagación, y comprobación, es decir, la experimentación como vía para la dilucidar el funcionamiento de la naturaleza y el universo… Adelanto que, de haberse dado las condiciones, habría cambiado notablemente el curso del conocimiento de la época.

Así, como hace cinco siglos, Leonardo investigó en detalle el cuerpo humano… hoy los estudiosos no terminan, aún, de diseccionar el dilatado pensamiento, talento y sensibilidad de su mente genial, erigida, para la eternidad, en pequeño gran universo…

Leonardo, que pretendía leer entre líneas la maravillosa complejidad del cosmos, hubiese reflexionado, quizás, hacia el final de sus días, como el príncipe de Dinamarca de William Shakespeare…

“…si mi mente fuera una cáscara de nuez, podría ser rey en un universo infinito…” (Hamlet, Acto segundo, escena 2.)



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Arte Historia

Bibliografía Consultada

El desarrollo de leonardo da Vinci
Luis Racionero
Ed. Plaza & Janes

El romance de Leonardo da Vinci
Dmitri Merezcovsky
Ed. Edhasa

Leonardo Da Vinci
Francesca Romei
Ed. Serres / Colección Grandes Maestros

Leonardo da Vinci
Sara Cuadrado
Ed. Edimat Libros / Colección Cosmos

Leonardo on the human body
Leonardo da Vinci. Windsor Codex.
Ed. Dover Publications, Inc.

El hombre con alas
Joseph Cottler
Ed. Argonauta

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